Levántate y anda

martes, 29 de septiembre de 2009

Renovando las armas de la crítica


Le dije a mi locatario que se había quedado corto con algunas cosas, pero ese afán democratista y cientificista carismático que tiene no lo dejan expresarse con libertad. Igual, quedó bien, que se yo...


jueves, 17 de septiembre de 2009

Hace tiempo que no te veía tan mal


Anoche se cerró definitivamente un ciclo. Queda en claro que Ischia no tenía la culpa, y menos si los dirigentes habían vendido al mejor jugador (Dátolo).
Nos vapuleó un equipo comandado por Cubero, el jugador más pillo del país, que venía de jugar horrible contra San Lorenzo.
Igual, con estos jugadores, no hay listas negras
(en la selección sí: Heinze, M. Rodríguez, Gago, Tevez, Agüero, S. Domínguez y D. Milito no deben ir al Mundial, si llegamos).
A estos, los de Boca, en su ocaso, sólo agradecimiento y un pedido: no pasen papelones como los de River y dimitan a fin de año, llenos de gloria.
De ustedes, los cinco fantásticos, que sólo quede Sebastián.
Andate al campo, Pato, y metele un tractorazo a tu amigo Cobos.
Volvé al Bichito, Román, y pisala como vos sabés en la cancha de baby. Yo te quiero disfrutar ahí, cerca de casa.
Titán, vos achicate un poco y andate a La Plata a ser el Robin de Verón.
Negro, la decisión que habías tomado hace unos meses era la mejor (igual, no tenés la culpa de que la senilidad ubique a Morel de 3, cuando no puede tirar un centro ni devolver un pase).
Hay que poner a los pibes, como Central.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Bourdieu, mon amour


Tantas peleas, reuniones bajo un tubo fluorescente sucio que me hizo negarte como mil veces. Esta mañana, alguien me decía que desconfía cuando una relación anda demasiado bien. Y creo que tiene razón. Por eso, este domingo mental, aprovecho para decirte que te extraño, Pierre, y que algunas noches, cuando me desvisto en la oscuridad, me prometo rezar por vos.


"En todos sus trabajos Bourdieu va relegando la importancia tanto de los espacios específicos de sociabilidad literaria, como las dinámicas internas de la “ampliación del público lector”, como así también la dialéctica establecida entre ambas instancias y las mencionadas tecnologías de publicación y reproducción de lo escrito, para concentrarse en la conformación del campo como un espacio de posiciones capaz de poner límites pero, al mismo tiempo, habilitar los proyectos creadores de los escritores. Para Bourdieu, el desarrollo de la prensa se asemeja a un hecho natural, que ocurre más allá de los límites del sentido, y es un aspecto morfológico más, entre otros. Replicando las categorías que se propone analizar –y que se perpetúan hasta nuestros días-, Bourdieu da cuenta de una literatura “industrial” producida “para el mercado”, de periódicos que se hacen eco de los comentarios de los escritores más subordinados al campo de poder y de profesiones literarias de menor o mayor jerarquía, pero su énfasis no está puesto en una descripción del campo de publicaciones o de la edición existente en el momento. La prensa, y el campo editorial, tienen en general un rol represivo y subordinado, que en el mejor de los casos asciende a la figura retórica de “intermediarios”. Imbuido en la misma mezcla de fascinación y rechazo por el “gran público” que atribuye a los artistas, Bourdieu emprende un notable trabajo de rastreo de “autores menores” y escuelas olvidadas, siempre necesario para comprender la dinámica real del campo y no tomar a los frutos de un proceso de lucha social por la imposición de sentido, o dicho en otras palabras, al canon existente y legitimado, como hechos naturales. Pero esa sutileza y versatilidad no aparecen a la hora de pensar las dinámicas a través de las cuales los escritores acceden a la publicación de sus obras. El caso de Baudelaire, en este sentido, resulta ilustrativo. La cita con la que se abre este parágrafo revela el lugar subordinado que la actividad editorial tiene, de acuerdo a Bourdieu, con relación a las instancias de escritura y los estilos de vida de los escritores. La publicación de Las flores del mal por parte de Poulet-Malassis, editor de poesía de vanguardia, “comprometido con la lucha a favor de la poesía joven”, vendría a legitimar este subcampo de la edición y la relación entre escritor y editor de combate, y en el mismo movimiento, la aparición de la crítica como una forma de arte que permite a los autores generar los principios de apreciación de sus obras. Quedaría, entonces, como una asignatura pendiente en el trabajo de Bourdieu una profundización de las condiciones sociales, las instancias de sociabilidad, la especificidad de las luchas y los diferentes factores morfológicos que contribuyen a la generación de la mencionada “homología estructural y funcional” entre editores y escritores. La caracterización de los editores como intermediarios, homologables a los directores teatrales o de galerías de arte, o incluso a los funcionarios estatales encargados de la repartición de las dádivas del mecenazgo estatal, abre un arco de preguntas donde la especificidad de los editores, personajes desgarrados por la cualidad cultural y comercial de las mercancías que producen y difunden, fusibles de contacto entre el escritor y su público, sea el “gran público” o el público del “campo de producción restringida”. Abrirá, del mismo modo, vías fructíferas para reflexionar sobre las diferentes transformaciones no sólo de las tecnologías de publicación y difusión de las que se sirven estos editores, sino de la propia naturaleza su actividad y de la calidad de los públicos o lectores que estos editores y los mismos escritores imaginan."